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Hace cuarenta años la ciudadanía
asistía incrédula a un fusilamiento de prisioneros políticos efectuado por
personal militar de la Armada en la Base Almirante Zar de la ciudad de Trelew,
provincia del Chubut. Previo a ello, el 15 de agosto de 1972 se produjo una
histórica fuga del penal de Rawson, en la que luego de tomado y controlado
completamente por los presos políticos de las organizaciones armadas de la
época, una falla de interpretación en las señales convenidas hizo que se
malograra la operación y solamente veinticinco compañeros lograron salir del
penal. De estos sólo seis concretaron la fuga tal la planificación original
(Roberto Quieto, Mario Santucho, Marcos Osatinsky, Domingo Mena, Enrique
Gorriarán Merlo y Fernando Vaca Narvaja) y diecinueve se entregaron bajo palabra
pública del juez Federal y de las fuerzas militares de ser nuevamente llevados a
la unidad penal. Esto no fue cumplido, fueron trasladados a la Base Naval y días
después los diecinueve compañeros fueron cobarde y brutalmente ametrallados por
las fuerzas navales, que para cubrirse de tan miserable crimen inventaron un
nuevo intento de fuga.
En su apuro por borrar las evidencias no
repararon en que algunos habían quedado vivos pese a la gravedad de sus heridas
y de ellos, tres sobrevivieron (Alberto Camps, María Antonia Berger y Ricardo
Haidar) pese a la desatención manifiesta esperando que se desangraran y de esa
manera muriesen. Estos tres compañeros fueron quienes pudieron dar a conocer la
verdad de lo que había sucedido aquella madrugada y de esa forma los nombres de
Mariano Pujadas, Pedro Bonnet, Carlos Astudillo, Eduardo Capello, Mario Delfino,
Carlos Del Rey, Alfredo Kohon, Clarisa Lea Place, Susana Lesgart, Ricardo Mena,
Miguel Ángel Polti, María Angélica Sabelli, Ana Villareal de Santucho, Humberto
Suárez, Adrián Toschi y Alejandro Ulla quedaron en la memoria colectiva como
“los héroes de Trelew” por su firme convicción de llevar adelante por todos los
medios posibles a su alcance, la firme voluntad de recuperar la libertad para
volver a la lucha en contra de la dictadura, por el retorno de la democracia y
del pueblo al poder.
Actualmente y luego de cuatro décadas
transcurridas, se está realizando el necesario juicio por aquel crimen, que en
algún modo fue un “ensayo” del terrorismo de Estado que pocos años después (en
1976) y de la mano de otra dictadura iba a asolar a nuestro país (provocando
miles de muertes, miles de desaparecidos, miles de exiliados y miles de presos
políticos para poder así implementar un plan económico de desguace del país y
que benefició a unos muy pocos vinculados al poder extranjero y perjudicó a
millones de compatriotas). Los procesados por aquella masacre cumplían funciones
de oficiales y suboficiales de la Armada Argentina y son Luis Emilio Sosa, Rubén
Paccagnini, Emilio Del Real, Carlos Marandino y Jorge Bautista; el ex teniente
Roberto Bravo vive en los Estados Unidos y ese país se negó a su extradición.
La “masacre de Trelew” aún hoy produce dolor; muchos de nuestra
generación nacieron al compromiso militante a partir de la gran indignación que
provocó este crimen que intentaba detener el avance popular que concluyó con la
victoria peronista del 11 de marzo de 1973, que terminó con una serie de
gobiernos de facto que se sucedían a sí mismos y con dieciocho años de
proscripción del peronismo. Aunque haya pasado tanto tiempo, es hora de que haya
justicia, la Patria, la democracia y la historia lo exigen.
Extraído de:www.elindependiente.com.ar, La Rioja, Rep. Argentina. Miercoles 22 de agosto de 2012
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miércoles, 22 de agosto de 2012
La masacre de Trelew sigue provocando dolor
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