por Héctor Pitluk
¿En qué consistía el país hace 200 años? Cuando los pueblos originarios todavía ocupaban con relativa libertad sus territorios, determinaban, con su sola existencia, los límites de los campos y de las nuevas estancias que pretendían formarse. En la pampa el dominio del caballo, en el que eran superiores a los propios gauchos, les permitía los grandes desplazamientos y el desarrollo de su propia ganadería.
Frontera en 1810
En mayo de 1810 el territorio gobernado por Buenos Aires era muy pequeño comparado con el actual. En lo que es hoy la provincia de Buenos Aires, hacia el sur estaba limitado por la línea fortines que promediaba los 100 kilómetros de la ciudad, más cerca que el límite natural que representaba el río Salado y que se encuentra a 130 km de Buenos Aires.
Así es que surgieron, en función de estos fuertes y fortines, las ciudades de Chascomús, Ranchos, Monte, Lobos, Navarro, Luján (actual Mercedes), Areco, Salto, Rojas y Mercedes (actual Colón). Seguía la línea de fortines en la actual provincia de Santa Fe con los de Melincué, Esquina y Loreto, para continuar por el sur de Córdoba y San Luis, terminando la línea imaginaria en los fuertes de San Carlos y San Rafael en Mendoza.
Recién en 1811 Francisco Ramos Mexía se estableció al sur del río Salado manteniendo una buena relación con los indios pampas. En su estancia Miraflores, donde incluso trabajaban muchos de ellos, se firmó años después el tratado de paz del mismo nombre con los caciques Ancafilú y Tacumán. En 1818 se fundaría Dolores, la primera población al sur del Salado.
La producción en los campos consistía en la actividad pecuaria, ya que la agricultura era mínima. En cuanto a esta ganadería primitiva, que en un principio se limitaba a la captura de los vacunos, apenas aprovechaba la carne para el consumo y los cueros, grasa y astas de los animales.
La industria saladeril tendría su impulso en los años 1815 y 1816.
Desde entonces la frontera agropecuaria avanzó sobre territorios indígenas hasta la “solución final”, con la campaña de 1879 a cargo del genocida Roca, que conquistó finalmente 15 mil leguas cuadradas, o sea unas 40 millones de hectáreas, 5 millones más que la superficie de Alemania y casi el doble de la mayor potencia de la época, Inglaterra.
Frontera agrícola hoy
La actual frontera agrícola, a diferencia de aquella, aunque también es una línea imaginaria, avanza sobre territorio interno, desplazando otras actividades agropecuarias. Se basa en el desmonte, el “paquete tecnológico” constituido por las semillas transgénicas, los agroquímicos y la siembra directa, y la expulsión de la ganadería y otros cultivos. Y de las personas de los campos. Es así que se ha llegado en la campaña 2009/2010 al récord de superficie sembrada de soja de 20 millones de hectáreas, equivalente a la mitad de la superficie anexada por Roca.
Esto ha permitido que se realice agricultura extensiva a gran escala en regiones del país donde antes era inimaginable, lo que permite dos lecturas opuestas de la misma situación. Por un lado el progreso y rápido desarrollo económico. Por el otro el incuestionable dato de la realidad de que estas ventajas redundan en muy pocas personas y que la destrucción del ambiente y los ecosistemas es casi irreversible. Además de la ruina, desde el punto de vista económico, de otras actividades agropecuarias.
Cosecha récord
Así como la superficie sembrada fue récord también lo es la cosecha. El total de granos llegará a los 90 millones de toneladas, cifra nunca antes alcanzada por la Argentina. Para lograrlo es fundamental la participación de la soja con sus casi 55 millones de toneladas. Sin contar la campaña pasada afectada fuertemente por la sequía, supera a la cosecha del 2008 de 46,2 millones y también al récord anterior de soja cosechada de 48,4 millones de toneladas en el 2007. Es interesante observar que desde 1990 hasta 1997 se mantuvo alrededor de los 10 millones de toneladas, dando un salto en el año 1998 a 18,7 millones y aumentando desde entonces todos los años sin que la afectaran las crisis, como sucedió con la del 2001 cuando se cosecharon 26,8 millones de toneladas (6,7 millones más que el año anterior), pasando a 30 millones en 2002 (plena crisis) y 34,8 millones de toneladas en 2003, llegando a la marca de los 40 millones en 2006.
Según datos de la Bolsa de Cereales ya se ha cosechado el 90 por ciento de la superficie de soja, con una producción de 50,7 millones toneladas, lo que daría una proyección de 56,3 millones de toneladas de soja en total. El rinde promedio a nivel nacional es de 3.000 kilos (3 toneladas) por hectárea, superando a los 2.700 kilos de campañas anteriores y al rinde récord anterior de 2.971 kilos por hectárea del año 2007.
Como ejemplo de la expansión de la frontera agrícola veamos lo que sucede en la región del NOA, que comprende partes de Salta, Jujuy, Catamarca y Oeste de Santiago del Estero, donde se han sembrado con soja 1,2 millones de hectáreas. A la fecha se ha cosechado el 50 por ciento obteniéndose 1,6 millones de toneladas, con rindes de 2.700 kilos por hectárea, muy próximo al rinde promedio nacional de 3.000 kilos.
En comparación, en la zona núcleo sur, que comprende el sur de Santa Fe y el norte de Bs. As, se han dados los rindes más altos del país con 3.700 kilos por hectárea, sobre una superficie de siembra de 2,7 millones de hectáreas, donde ya ha finalizado la cosecha con 9,7 millones de toneladas en total.
Por su parte en la cuenca del río Salado, el mismo que alguna vez supo ser frontera, zona típicamente de ganado de cría, se han sembrado 190 mil hectáreas y ya se ha cosechado el 99 por ciento obteniéndose 574 mil toneladas con rindes de 3.100 kilos.
En cuanto al maíz, la superficie sembrada en esta campaña 2009/2010 ha sido de 2,5 millones de hectáreas, de las cuales ya se han cosechado el 78 por ciento con el increíble récord hasta ahora de rinde de 8.800 kilogramos por hectárea, superando al anterior del 2007 de 7.665 kilos. De esta forma se llevan cosechadas 17,2 millones de toneladas lo que daría para alcanzar las 22 millones previstas.
La cosecha de girasol dejó 2,15 millones de toneladas, con rindes de 1.750 kilos sobre una superficie de 1,2 millones de hectáreas.
Entre estos tres cultivos sumamos una cosecha de alrededor de 79 millones, más los 8 millones del trigo ya cosechado da 87 millones de toneladas. Sumando la producción de otros granos como arroz, cebada, sorgo etc, sin lugar a dudas se alcanzará el récord de las 90 millones de toneladas.
Igual se quejan
De todas formas a los dirigentes ruralistas de las patronales agrarias no les alcanza. Convocaron a actos en las rutas, con la obvia intención de medir sus propias fuerzas y producir un hecho político, encubiertos en los festejos del bicentenario y esgrimiendo los mismos argumentos de los últimos dos años. Ya ha quedado claro, incluso para los que no conocen el tema, que sólo se trata de mentiras, como que los sojeros se funden por falta de rentabilidad o que habrá que importar leche y trigo.
En estos pequeños actos se verificó su falta de convocatoria, a pesar de que regalaban el choripán o el locro, cosa que no sucedía en los festejos populares donde se juntaron millones de personas.
En el propio diario Clarín, valuarte de la difusión de las mentiras ruralistas, puede leerse que “cincuenta productores se reunieron en el kilómetro 241 de la autopista que une Capital Federal con Rosario, en el ingreso a la localidad de Theobald” y que “Buzzi llegó a la cita con demora”. Agrega que “lo esperaban media docena de tractores”. No parece la descripción de un acto multitudinario.
En la línea de seguir mintiendo Alfredo de Angeli afirmó que la problemática que presenta "la renta y los insumos sigue siendo la pelea", aunque reconoce que en el caso de la soja "la cosecha fue muy buena pero no alcanza".
El presidente de CARBAP, Pedro Apaolaza confirmó que hubo una veintena de actos. "Quizá el multitudinario fue Azul donde entre productores y gente de la ciudad se congregaron unas 300 personas”. Aunque la realidad mostró que eran menos, tampoco les alcanza para definirlo como multitud.
Fiestas de los 100 y los 200 años
En relación a la producción ambas fiestas presuponen objetivos y modelos bien diferenciados. El apogeo del modelo agroexportador que se propagandizaba a sí mismo como el granero del mundo, excluía a su propio pueblo privilegiando el mercado externo. El “paquete tecnológico” de la época incluía el congelamiento de las carnes. Entre los años 1890 y 1894 se llegó al récord de exportación de tasajo con 211.804 toneladas. En 1887 en el total de exportaciones el tasajo representaba el 48%, cayendo en 1897 al 22% y solamente 4% en 1907, 3 años antes del primer centenario. Camino inverso experimentaba la exportación de carne vacuna congelada con una participación de apenas 0,25% en 1887, 1,44% diez años después y 50,72% en el año 1907. Con el apogeo de la industria frigorífica las clases dominantes tenían mucho que festejar en 1910. Por supuesto que ya entonces se cubrían con el paraguas de la teoría del derrame, que tanto les gusta esgrimir a los dirigentes ruralistas actuales. En lo político, en aquella fiesta invitaron a un miembro de la monarquía española y decretaron el estado de sitio.
En esta fiesta del segundo centenario, el esfuerzo de privilegiar el mercado interno, o sea favorecer al pueblo argentino, se traduce en el gesto político de la invitación a los presidentes latinoamericanos y la participación popular.
En ese sentido, la unidad latinoamericana no es sólo una solución política, también es un abanico infinito de posibilidades productivas.
Nota publicada el 30 de mayo en el diario Buenos Aires Económico
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