Votar a los 16

Para modificar aspectos de la realidad hay que debatir y ello, permanentemente propicia el Gobierno nacional. Como ocurrió ante las propuestas de la Ley de Medios, la de ampliación de los derechos civiles, la asignación por hijo, Papel Prensa, volver al sistema jubilatorio con respaldo estatal dejando de lado el negocio privado de las AFJP, la revalorización de YPF con un gran rol social del Estado al igual que en Aerolíneas Argentinas y en la política habitacional como el reciente ProCreAr que administra el Banco Hipotecario, el objetivo de desendeudamiento público externo, el Decreto 125, el juzgamiento a genocidas, el control de la salida de dólares del país ante las necesidades económicas de otros países y empresas trasnacionales entre otras cuestiones ampliamente debatidas y opinadas por legisladores, diversas entidades y obviamente por políticos, periodistas y personalidades de variados ámbitos, hoy está en “la cresta de la ola” la posibilidad de que los argentinos puedan votar desde los 16 años.

Al tener esto directa injerencia en el aspecto electoral, rápidamente salieron a desestimar la propuesta algunos sectores políticos y de alguna prensa. Raramente, hacen hincapié en los derechos que los jóvenes no tienen y con ello buscan invalidar: dicen que hoy los menores de 18 años no pueden ejercer el comercio, salir del país, tener carné de conducir o casarse sin autorización de sus padres, cuando lo correcto sería poner en debate también esos aspectos (para convalidarlos o no). Por lo general quienes hoy plantean esta postura, mayoritariamente sectores políticos y de alguna prensa que a viva voz reclamaron y reclaman la baja en la edad de imputabilidad por delitos (algunos incluso la piden a los 14 años), porque los entienden maduros para someterlos al régimen penal y carcelario de los adultos, pero les niegan capacidad para debatir y elegir su presente y futuro.

Estas incoherencias surgen por las especulaciones electorales que hacen de un tema que va más allá de una, dos o tres elecciones, además de subestimar la aptitud de los jóvenes para decidir por sí mismos el presente y el futuro, individual y colectivo. No observan la aceleración en las condiciones que llevan a una madurez más rápida; imposible negar las posibilidades de información con que hoy se cuenta (Internet en escuelas, hogares, lugares públicos, computadoras entregadas a alumnos, cibers, radios, televisión de aire, cable, digital, satelital, información a celulares, etc.), comparativamente superiores a las que se contaba al momento de promulgar la Ley 19.945 (Código Electoral Nacional) en el año 1983 y ni que hablar, si nos remitimos a la Ley 8.871 (conocida también como Ley Sáenz Peña), que sancionada en Febrero de 1912 ya exigía los 18 años para poder votar.

Para lograr más derechos hay que generar condiciones y posibilidades y eso, es una constante en el Gobierno nacional; al fin y al cabo se plantean, debaten y aprueban o no en el marco institucional que corresponde (Congreso Nacional o Decretos del Ejecutivo). Para cambiar la realidad hay que romper los eslabones que la encadenan y para evitarlo, quienes en sus múltiples facetas de oposición hacen una prédica de la renovación dirigencial en la política, hoy hacen una queja de que exista el inicio de un camino que lleve a pensar que es posible una situación mejor. Sigamos debatiendo, busquemos mayores y mejores oportunidades y posibilidades para todos, y construyamos con firmeza los soportes de un pueblo feliz en una Argentina grande y solidaria.-

*Organización Peronismo 26 de Julio La Rioja

Extraído de: www.elindependiente.com.ar, sabado 8 de sep. de 2012