martes, 17 de marzo de 2009

El 24 de Marzo todos a la Plaza de Mayo


El 24 de Marzo de 1976 es una fecha nefasta para la mayoría de los argentinos. Una vez más en nuestra larga lucha por la Liberación, debimos soportar un "proceso” planificado al servicio de los enemigos del pueblo para enriquecerse con la venta de nuestra patria.
Este objetivo de "las clases dominantes cipayas" existe desde nuestra independencia, desde entonces, las clases dominantes intentaron atarnos al carro de las potencias extranjeras, a los españoles primero, a los ingleses después y por último a los "Yankis". Pero el pueblo y sus organizaciones, con su lucha permanente, dificultó su afán de rapiña y durante muchos años tuvieron enormes dificultades para alcanzar sus designios.
Pero el 24 de Marzo del 76 el enemigo, interno y externo, decide terminar con toda resistencia popular e implementa un plan de exterminio como no se tenga memoria en nuestro país y lograr, de esta forma, que nadie se interponga a sus planes de Injusticia Social y Dependencia Económica.
Una represión feroz, con asesinatos, presos y desaparición, se desató sobre las organizaciones populares. Pretendieron despejar el camino de la entrega, implementando la desaparición física de los mejores Cuadros Políticos, mujeres y hombres surgidos del seno de Nuestro Pueblo. Militantes formados políticamente dentro de organizaciones capaces de construir y disputar el poder para hacer realidad efectiva los anhelos de una patria mejor.
Esta represión, desconocida hasta entonces, tuvo como destinatario principal las organizaciones del Peronismo Revolucionario, la Juventud Peronista (JP), Juventud Trabajadora Peronista (JTP), Juventud Universitaria Peronista (JUP), Unión de Estudiantes Secundarios (UES) el Movimiento Villero Peronista (MVP) y la Agrupación Evita , integradas a Montoneros que fue la resultante del proceso de fusión de militantes que culminó en el 73 e integraron organizaciones como la FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), Descamisados y otros grupos que sería largo de enumerar, todos integrantes de la Tendencia Revolucionaria Peronista.
Estas organizaciones habían surgido y se habían convertido en las protagonistas principales y excluyentes de la resistencia popular a los gorilas desde el golpe del 55 y habían logrado la vuelta de Perón, el triunfo del gobierno popular en el ´73 y el retorno a su patria, del cuerpo desparecido de Evita.Pero, a partir de la derrota del 76, esta identidad política mayoritaria de los desaparecidos, presos y asesinados de la última dictadura militar se la ha pretendido ocultar; reemplazándola por el adjetivo genérico de "Luchadores" en boca de grupos y expresiones políticas que no tuvieron ningún protagonismo en los 70 e incluso, en algunos casos, estuvieron en la vereda de enfrente.
Entonces, se produce una segunda desaparición de los compañeros. Al negarles su identidad política se los priva, no solo de su proyecto político, sino también de su proyecto de vida, de su calidad de combatientes, del objetivo por el cual dieron sus vidas, de su práctica cotidiana en los barrios, fábricas, colegios y universidades, donde militaban orgullosos como peronistas revolucionarios y no como "luchadores" indefinidos.
Por ello, para no ser cómplice del olvido y porque nos sentimos continuidad de esa historia y de esa lucha , creemos necesario debatir en torno a esta segunda forma de desaparición de nuestros compañeros. Es una asignatura pendiente de todo el campo popular y es nuestra obligación desenmascarar a los oportunistas que hoy, levantando la bandera de los "Luchadores Populares", pretenden hacerlos desaparecer nuevamente.
Pero no tienen ninguna oportunidad, porque de las entrañas de nuestro pueblo surgen las respuestas que ponen la lucha de nuestros compañeros en la primera línea, con sus sueños , sus convicciones y su identidad. Una identidad, el peronismo, que está mas vigente que nunca.
Hoy, a 33 años, los Peronistas consecuentes con nuestras Tres Banderas Históricas queremos rendirle homenaje a todos los compañeros caídos y queremos recordarlos íntegramente, en su identidad política y en el proyecto de sociedad mejor por el cual dieron su vida.
Porque no recordar la causa por la cual lucharon y cayeron nuestros compañeros, es también una forma de olvido.

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